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LA EVANGELIZACIÓN EN LAS IGLESIAS REFORMADAS

Actualmente no se ve mucho al pueblo de Dios cumplir con la gran comisión, y a los que vemos queriendo hacerlo, lo hacen de una manera errada. Los cristianos de hoy se han limitado a estar encerrados en las cuatro paredes de la Iglesia local, error que contradice la enseñanza Bíblica, lo que podríamos definir como pecado y egoísmo. pues hemos sido llamados a ser discípulos que hacen discípulos. «De gracia recibisteis, dad de gracia» (Mateo 10:8)

Por lo que, hemos decidido escribir este artículo, con la esperanza puesta en el Señor, que, al ser leído, en muchos se pueda despertar el deseo de hacer discípulos y mirar de manera correcta el mandato de Evangelizar. Pues en la gran mayoría de creyentes reformados se ve cierta apatía en hacerlo. Analizaremos algunos de los motivos más comunes de porque no se practica la evangelización y echaremos un vistazo a lo que dice la Biblia al respecto.

LA EVANGELIZACIÓN EN MUCHAS DE LAS IGLESIAS REFORMADAS DE HOY.

Dentro de las Iglesias Reformadas el pensamiento es diverso y al mismo tiempo difiere de la verdadera Evangelización, dentro de los pensamientos más comunes tenemos:

1. Quienes no ven la necesidad de Evangelizar:

Son aquellos que no evangelizan, porque piensan que, Dios, como Soberano es quien pone el querer como el hacer por su buena voluntad, añade a la Iglesia a todos aquellos a quien Él ha escogido para salvación por eso no hay necesidad de Evangelizar.

Olvidando que la Biblia dice en: 

1 Corintios 1:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 21Pues ya que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 

Todo creyente está en la obligación de predicar el Evangelio. Porque la Biblia dice en:

Romanos 10:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

Es responsabilidad de todo creyente ser diligente en llevar el mensaje del Evangelio a los perdidos, Dios es Soberano, pero somos responsables de Evangelizar.

2. Quienes no Evangelizan por creer que no tienen el llamado para hacerlo:

Son quienes creen que la tarea de Evangelizar es solo para aquellos que tienen el llamado a la predicación o tengan algún tipo de liderazgo en la Iglesia, y algún tipo de estudios en Teología.

Pero, la Biblia dice en: 

Lucas 10:1 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.

En donde podemos ver como el Señor Jesús envía no solo a los doce, sino que envía a un grupo de discípulos a predicar el Evangelio. Dejando claro que el creyente verdadero está capacitado por el Espíritu Santo para predicar las buenas nuevas de salvación.

Además, todo creyente anhela proclamar el Evangelio de Su Señor y hacer partícipes a todos aquellos que están muertos en sus delitos y pecados. Pues, para Evangelizar correctamente solo hay que ser discípulo de Cristo, estudiar la Biblia para conocer a Dios y mostrarlo como Él es realmente, tener comunión con Dios y vivir una vida en obediencia a la Palabra de Dios.

3. Quienes dicen no saber cómo Evangelizar:

Son todos aquellos que traen un concepto de Evangelización que se basa en tarima, parlantes, escándalos en una vía o en un parque, o en una cancha, y al conocer la manera de enseñar en la Iglesia Reformada se sienten impedidos a Evangelizar.

Sin embargo, aun cuando vemos este tipo de predicaciones en la Biblia, debemos tener presente que el mandato de hacer discípulos va mucho mas allá de solo predicar ocasionalmente, es un proceso constante de enseñanza.

Estas son las razones más comunes por las cuales muchos de los creyentes Reformados no Evangelizan, ahora echemos un vistazo a lo que dice la Biblia al respecto, y como podemos cumplir con el mandato explícito de Evangelizar:

La Palabra de Dios nos dice en:

Mateo 28:19-20 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

En este texto podemos apreciar como Jesús nos manda hacer discípulos, lo interesante es, que esta orden, aunque fue dada a los discípulos inicialmente, se extiende a todos los creyentes de todo pueblo, tribu o nación en toda la historia de la Iglesia. El Señor nos manda a Evangelizar, que es la forma en que hacemos discípulos para Cristo, lastimosamente el concepto de muchos es qué: «hacer discípulos es invitar a la Iglesia» y nada más. Y no es eso solamente.

Aunque, sin duda hay un aspecto Evangelístico en este mandato de Cristo, Sus instrucciones van más allá de la difusión del Evangelio. La misión o el deber implícito en esas Palabras «Id y haced discípulos» es el de hacer crecer a los creyentes «aprendices» en todas las naciones.

Pero si el deber de la Iglesia es hacer crecer a los creyentes o aprendices en todas las naciones, ¿Por qué muchas Iglesias solo se limitan a llenar los asientos de sus auditorios y en ocasiones utilizando estrategias seculares que parezcan más persuasivas?

Cuando la Biblia nos dice como hacer discípulos en: 

Hechos 8:26-40 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Felipe y el etíope 26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, 28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. 29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. 30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? 31 El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. 32 El pasaje de la Escritura que leía era este:Como oveja a la muerte fue llevado;Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,Así no abrió su boca. 33 En su humillación no se le hizo justicia;Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. 34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? 35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. 40 Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesárea.

En este pasaje podemos ver el cumplimiento del mandato dado en las escrituras, pues vemos como Felipe discípula al etíope de la manera que Jesús mandó, enseñándole el mensaje central de la Biblia (Cristo) y se lo muestra desde la Escritura, no con estrategias seculares, ni contándole historias de su vida para tratar de persuadir al pecador con mensajes emocionalista, si no confrontándole con la Ley de Dios. Vemos que el Etíope termina tan convencido por la Palabra de Dios que decide bautizarse. Felipe no necesito de ninguna ayuda secular, solo uso la Biblia.

De manera, y según lo hemos dicho acerca del mandato de Cristo a sus discípulos, el propósito de la Iglesia es hacer creyentes aprendices, hombres y mujeres cuyas vidas reflejen un profundo compromiso y amor por el Señor, Su Palabra y Su pueblo.

¿Esta usted ayudando activamente a su Iglesia local a crecer en esté propósito claro y crítico de la Iglesia en nuestros días?

Prediquemos a Cristo y a este crucificado. Demos a conocer a nuestro Salvador con todos Sus atributos, tal como lo enseña la Escritura.

Termino citando las Palabras de Colin Marshall y Tony Payne en su libro el Enrejado y la vid, pág. 21, cap. 1, donde dice:

«Ser discípulo es ser llamado a hacer otros discípulos. Claro está que cada cristiano recibe y ejerce distintos dones y ministerios, Pero como todos somos discípulos de Cristo y tenemos con Él una relación de Maestro – alumno, de Señor y seguidor, todos somos hacedores de discípulos.

En consecuencia, el objeto del ministerio cristiano es muy simple y, en cierto sentido, puede ser medido: ¿Estamos haciendo y formando verdaderos discípulos de Cristo? Las Iglesias siempre tienden hacia el institucionalismo y la secularización. Así que la preservación de programas y estructuras tradicionales se convierten en el punto focal, perdiéndose de vista el objeto de hacer discípulos. El mandato de discipular nos entrega un referente con el cual medir si nuestra Iglesia está involucrada o no en la misión de Cristo. ¿Estamos haciendo verdaderos discípulos de Jesucristo?

Nuestro objetivo no es hacer miembros para la Iglesia o para nuestra institución, sino verdaderos discípulos de Jesús.»

Por Pr. Pedro Beltrán

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